live shopping como estrategia de promoción turística
Época de cambios a velocidad de vértigo, tecnología en evolución constante, nuevos hábitos de consumo, variabilidad de las tendencias… son los tiempos que nos ha tocado vivir, inmersos en cambios que se producen en ciclos cortos y que no pocas veces modifican radicalmente los escenarios vitales y, en consecuencia, la acción de consumo.
En este contexto, desde China nos llega una nueva modalidad de consumo asociada al e-commerce o comercio electrónico: el denominado live shopping o compras en vivo. Si entendemos el e-commerce como «la venta de productos y servicios en el entorno digital«, el live shopping vendría a ser una extensión del anterior que podríamos definir como «la venta de productos y servicios en el entorno digital en vivo y en directo, mediante streaming», entendiendo por streaming «la tecnología multimedia que permite la transmisión de contenido de medios en el entorno digital mediante audio o video a tiempo real«.
Los acontecimientos que han marcado los dos últimos años de COVID-19 han tenido como consecuencia la búsqueda de nuevos canales y formatos para la comercialización de los productos y servicios, lo que ha supuesto que la revolución tecnológica que estaba tocando a nuestra puerta de forma incipiente se acelerase y diese un aldabonazo repentino al comercio electrónico. Pero el cliente necesitaba algo más: buscaba dinamismo e interacción, quería vivir experiencias en tiempo real, ansiaba una conversación con el vendedor o el consultor que le permitiese resolver sus dudas en directo. Y en este nuevo escenario las marcas recurrieron a las tendencias con soporte en la tecnología (no tan nuevas, ¿verdad, Jorge Marante?*).
El live shopping comenzó en 2017 en China cuando el gigante del comercio electrónico B2B (del inglés Business-To-Business, expresión inglesa para definir la relación comercial entre empresas, en la que una se propone vender a otra sus productos o servicios) Alibaba lanzó Taobao Live, una plataforma que permitía seguir en directo e interactuar con la presentación de productos, pedir opiniones, aclarar dudas, etc. En definitiva, una plataforma que favorecía un feedback enriquecedor y de beneficio común para las partes, pues no solo ofrecía oportunidades de compra y venta, sino que acercaba la marca a los grandes influencers, a los early adopters («visionarios, líderes reputados y destacados que adoptan la tecnología como principio vital, admitiendo los beneficios que aporta, y que influyen de forma decisiva en terceras personas«). El éxito que supuso esta modalidad de e-commerce propició que otras empresas se inclinaran por seguir este camino, con lo que durante el año 2020 se superó la escalofriante cifra de los 700 millones de consumidores digitales solo en China, según datos de Forbes. En un artículo publicado en eMarketer en junio de 2021 se llega a afirmar que el live shopping generó en este país 300 millones de dólares el pasado año y se prevé que en 2023 se alcancen los 623 millones de dólares.
Imaginemos un escenario en el que numerosos clientes potenciales se suman a una presentación en directo del destino, con múltiples conexiones en distintos puntos de interés, donde se encuentran prestigiosos y relevantes influencers (cuánto temor me aborda sobre la posible interpretación de este manido y prostituido término) capaces de transmitir a su vez la experiencia de cliente en primera persona, generando expectativa y deseo por el destino e interactuando con aquellos potenciales clientes que a su vez se convertirán en prescriptores.
Imaginemos ahora una conexión en directo con potenciales vendedores en la que les mostramos el destino, los pequeños detalles, su esencia, en un nuevo concepto de fam trip virtual. En paralelo, y de forma complementaria, recibirían en su lugar de trabajo un pack con las esencias físicas del destino, los sabores, los olores… que definen la experiencia.
Imaginemos una nueva conexión en otro momento y circunstancia, un press trip al que se conectan periodistas y líderes de opinión para recibir información sobre la nueva estrategia de destino o sobre un plan de acciones para una temporada específica, al tiempo que reciben un book personalizado con imágenes impregnadas de los aromas locales, en una acción directa de marketing sensitivo.
Esta tendencia de incuestionable actualidad e imparable evolución está llamando ya a la puerta del sector turístico. Es el momento de apostar por el live shopping como estrategia de promoción turística, de dar un paso adelante, de romper con las ataduras de la promoción del siglo XX e incluir esta y otras alternativas novedosas en la estrategia de promoción y venta de los destinos y, por extensión, de todo el sector.
¿Nos ponemos manos a la obra o seguimos esperando a que sean otros los que tomen la iniciativa?
* Jorge Marante es posiblemente el mejor comercial en activo que ha tenido el sector publicitario en Canarias, pero además es un visionario, aunque no siempre haya sido debidamente escuchado. De haberlo sido, tal vez esta tierra sería punta de lanza en el sector de los medios. Aprovecho estas líneas para expresar mi más sincero reconocimiento personal y profesional a mi estimado amigo y maestro.
Publicada originalmente en el blog de Ashotel
imagen: Momo Marrero
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