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margen de contribución

Como he comentado en múltiples ocasiones, en este y en otros espacios, el fin último de toda empresa ha de ser la generación de riqueza, entendida en una acepción mucho más amplia y generosa que la meramente pecuniaria. Este objetivo, además de lícito, es moral y perfectamente justificable.

Esta es la razón por la que los gestores y los responsables de las áreas de finanzas y comercial deberían tener en todo momento, como parte imprescindible de sus funciones diarias, un estricto y constante conocimiento de los costes de la empresa y de los márgenes de beneficio. Partiendo de estos conceptos fijamos hoy nuestra atención en el menos conocido margen de contribución, que se determina a partir del «resultado de restar los costes variables al precio de venta, lo que nos permite conocer el sobrante de los ingresos con el que pagar los costes fijos y obtener un beneficio«.

El margen de contribución, como ocurre con el margen comercial, se puede calcular tanto para un único producto como para una familia de productos, para una unidad de negocio o para el volumen total de ventas, bien para un ejercicio global o para un periodo concreto.

La fórmula empleada para calcular el margen de contribución, expuesta anteriormente en su vertiente unitaria en el citado artículo sobre costes, es la siguiente:

margen de contribución = ingresos – costes variables

La importancia de este margen de contribución radica en que nos permite determinar la rentabilidad de un producto o servicio. Del resultado obtenido podremos obtener un:

  • Margen de contribución positivo, cuando los costes variables son inferiores o cubren los costes fijos dando como resultado la obtención de beneficios.
  • Margen de contribución negativo, cuando los costes variables son superiores al precio de venta y no cubren los costes fijos dando como resultado la obtención de pérdidas, lo que implica que la producción de ese producto o servicio debe ser cancelada.

Cuando el margen de contribución es igual al coste fijo implica que el producto o servicio no aporta beneficios y por tanto su resultado es plano.

Calcular este margen de contribución nos permite conocer de una forma sencilla y rápida qué nivel de ingresos se precisan para cubrir costes y cuáles de nuestros productos o servicios actuales generan beneficios y cuáles son deficitarios o no aportan valor.

Para tener un dato de calidad, hemos de tener bien claros los conceptos y muy bien calculados tanto los costes fijos (aquellos que no varían, que se mantiene estables con independencia de la producción y que deben afrontarse por el simple hecho de tener una actividad empresarial) como los costes variables (aquellos que varían en función de la producción o manufactura del bien o servicio, como pueden ser los insumos, energía, salarios de recursos eventuales por picos de producción o temporada alta), de lo contrario, la información resultante nos llevará a una distorsión, e inevitablemente al error, en nuestras decisiones.

Finalmente, es importante tener muy clara la diferencia respecto al concepto del margen bruto (resultado que se obtiene al restar los costes variables a las ventas netas, definidas como las ventas brutas [ingresos totales] a la que se restan los descuentos aplicados, las devoluciones y los productos/servicios “no conformes”) con el que puede confundirse con facilidad.

Imagen: Momo Marrero

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