las 6 barreras de entrada de porter
No hay mercado que no tenga al menos una o varias barreras de entrada, entendiendo éstas como obstáculos de distinta naturaleza que una empresa, marca o producto ha de superar para introducirse en el mercado deseado. Michael Porter, economista norteamericano director del Institute for Strategy and Competitiveness de la Escuela de Negocios Harvard, al que ya he mencionado en más de una ocasión (5 fuerzas de Porter), desarrolló este concepto en su libro Estrategias Competitivas. Técnicas para el Análisis de los Sectores Industriales y de la Competencia, determinando que los factores clave eran la competencia y la rentabilidad.
Las barreras de entrada vienen a ser una suerte de fortificaciones que se establecen en un mercado, bien a instancias de los legisladores, bien de los propios competidores, para evitar o dificultar que empresas o marcas ajenas a este mercado se introduzcan en él, con el fin de que la cuota actual de mercado y sus porcentajes de beneficio no se vean comprometidos. Porter determinó que son seis las barreras de entrada que como norma general debe sortear un competidor para lograr penetrar en un mercado y hacerse un hueco en él.
- Economía de escala
Producir mucho a bajo coste es la clave. Esto se logra con altos niveles de eficiencia en la producción de grandes volúmenes de productos que permitan abaratar los costes y reforzar la posición competitiva. El coste del producto unitario es determinante para competir en un mercado.
- Diferenciación de producto
Una de las claves de la presencia exitosa de un producto en el mercado es la diferenciación, que debería coincidir con el valor añadido que aporta y que es reconocido y demandado por los clientes. En cualquier circunstancia, pero muy especialmente ante un nuevo mercado, la propuesta de valor diferencial de la empresa, marca o producto resulta decisiva.
- Inversión de capital
Se produce cuando, para introducirse en un mercado concreto, se necesita una gran inversión económica inicial y, con ello, un retorno de la inversión a más largo plazo del deseado.
- Desventaja de costes
Cuando la producción no permite obtener un precio final igual o inferior al de la competencia y nuestro valor añadido no es lo suficientemente concluyente, competir no es una opción. Lo mismo ocurre cuando los competidores producen más cantidad con la misma o mayor calidad en el mismo periodo de tiempo.
- Canal de distribución
No disponer de un canal de distribución competitivo y con una gran cuota de mercado se convierte en una desventaja competitiva difícilmente salvable.
- Barreras legales
Las disposiciones proteccionistas legales, principalmente en forma de normativas y regulaciones, son sin duda las barreras más complicadas de franquear, pues constituyen una desventaja competitiva en sí misma y un sobrecoste difícilmente asumible por las empresas, marcas o productos que quieran competir con garantías en un nuevo mercado.
Finalmente, no olvidemos que existen otros factores menos comunes que también pueden convertirse en barreras de entrada y que debemos valorar convenientemente, como la imagen de marca, la percepción que los clientes potenciales del mercado a conquistar tienen sobre nuestra empresa y nuestros productos.
Imagen: Momo Marrero
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