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pensar como einstein

«No hay nada que sea un signo más claro de demencia que hacer algo una y otra vez y esperar que los resultados sean diferentes» (Albert Einstein)

 

Aprovechando los pocos días de asueto que pude disfrutar la pasada Semana Santa, tuve la oportunidad de releer el libro Pensar como Einstein. Caminos posibles para resolver problemas imposibles, del ingeniero Scott Thorpe, que me resulta muy interesante por lo que tiene de ruptura con el pensamiento tradicional.

Siempre he pensado que hay que romper con los convencionalismos, con todo aquello que nos es impuesto y no nos aporta valor, especialmente con aquello que implica un adormecimiento del pensamiento y de la innovación. Esa ruptura que cultivo y promuevo ha de llevar necesariamente aparejada una propuesta o alternativa de mejora. Si no es así, estaríamos hablando de otra cosa que no me interesa en absoluto.

En el libro de Thorpe se describe de forma amena, sencilla y didáctica cómo Einstein rompía las reglas y además esto le generaba un inaudito placer. El autor afirma que las ideas, por innovadoras y rupturistas que sean, se convierten en reglas por la repetición de su uso y que cuando éstas se implantan se ignoran todas las ideas contrarias. Insiste en que cuando nos enfrentamos a un obstáculo, a un problema real, son nuestras experiencias, nuestras creencias y costumbres las que crean una barrera infranqueable que nos impide la búsqueda de soluciones singulares y novedosas, pero que, curiosamente, las habilidades para resolver problemas disminuyen cuando aumentan nuestros conocimientos (como en el caso de Einstein), lo que indicaría que la falta de madurez, la educación o la experiencia no son ningún problema sino que se convierten en una ventaja, pues los prejuicios no son tan profundos.

Según Scott Thorpe, el proceso del pensamiento rompe-reglas que Einstein utilizaba instintivamente está formado por técnicas que se pueden aplicar con independencia del cociente intelectual del individuo. El proceso consta de cuatro pasos:

Detectar el problema correcto

Si nos enfrentamos a un problema mal planteado o formulado, la solución no llegará nunca o esta será equivocada. Por ello es necesario formular correctamente el problema para buscar una solución imaginativa.

Rompiendo moldes

Hemos de tener la mente abierta y no desechar ideas por muy descabelladas o ridículas que puedan parecer. Hay que romper los moldes que nos permitan salir de los caminos convencionales para buscar nuevas ideas en caminos inexplorados, en territorio ignoto.

Rompiendo reglas

Debemos enfrentarnos a toda regla cuando nos enfrentamos a la búsqueda de lo «imposible», allí donde anida el convencionalismo que nos limite el camino, para aventurarnos en nuevas vías que hemos de construir y sobre las que se sustentará la nueva idea, la solución.

Cultivar la solución

Las grandes innovaciones rara vez nos lo parecen cuando las imaginamos. Debemos evitar los juicios de valor (propios y ajenos) y errar sin abatimiento como parte del cultivo y aprendizaje hasta que demos con la idea y lleguemos a convertirla en una gran solución.

 

«Nuestra mayor debilidad radica en renunciar. La forma más segura de tener éxito es siempre intentarlo una vez más» (Thomas Alva Edison)

 

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Imagen: Momo Marrero

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