momomarrero

ya no te quiero (¡hasta que te necesite!)

Tradicionalmente el mercado turístico de Canarias se ha segmentado en dos temporadas: invierno y verano. Estas, a su vez, por lo general se segmentan en función de mercados emisores diferenciados: temporada alta o de invierno, principalmente centrada en el mercado europeo, temporada media o de verano, principalmente centrada en el mercado peninsular e ingleses, y temporada baja, que abarca el periodo comprendido entre Semana Santa y el pre-verano.

Me comentaban hace pocos días la preocupación que existe entre los distintos turoperadores nacionales por la falta de camas en el cupo tradicional para el mercado nacional y la posibilidad de que esto produzca un éxodo de parte de este mercado hacia otros destinos competidores, con su consiguiente fortalecimiento. Curiosamente en las mismas fechas dos reputados hoteleros me expresaban en una charla informal la importancia que para ellos tenía el mercado interior en época de «vacas flacas».

Coincide todo ello con la lectura de un interesante artículo publicado en el sitio web preferente.com en el que se afirmaba que el “lleno” previsto para este verano en el sector hotelero español estaba provocando que las agencias desviaran sus reservas hacia el Caribe.

Llegados a este punto y dejando claro que cada establecimiento, cada empresa y cada empresario es libre para tomar las decisiones que considere oportunas con el fin de obtener el mayor beneficio y en pro de los intereses de su negocio, creo que sería conveniente equilibrar la demanda con el objeto de no dejar “víctimas” que tarde o temprano nos pasarán factura. Sería conveniente y beneficioso para todos incidir en la calidad de los clientes y priorizar a aquellos que puedan aportan un mayor beneficio al destino, aquellos que ofrezcan un mayor nivel de gasto turístico.

Quienes me leen (¡una vez más, gracias!) son conscientes de mi insistencia en que esta época de bonanza es el momento adecuado para empezar a planificar el futuro. Un futuro que no podemos permitir que se deslice por una pronunciada caída una vez que se establezca la normalidad en nuestros competidores, ya que esto implicará una bajada de la demanda, de calidad, de servicios y de precios y nos condenará a la búsqueda de aquellos clientes que han migrado.

 

ya no te quiero


Imagen: Momo Marrero

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