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cuadro de mando integral

El Cuadro de Mando Integral (CMI) en una organización (también conocido por la expresión inglesa balanced scorecard o por sus siglas BSC), es una herramienta estratégica de gestión que permite conocer y analizar la evolución de la empresa y el cumplimiento de los objetivos marcados, profundizando más allá de la perspectiva financiera con la que habitualmente se evalúa la gestión empresarial (lo que redunda negativamente en esa gestión, pues no se valoran los activos intangibles tales como la imagen, la comunicación, la reputación de la marca o el know how como ventajas competitivas y diferenciadoras).

Esa necesidad de atender a otros elementos no financieros que nos proporcionen una visión más amplia y con mayor perspectiva del negocio es lo que nos obliga a la implantación de una metodología que nos ayude a conocer y medir el desempeño de la empresa en tiempo real, a determinar el estado actual en relación a los objetivos marcados y su proyección en el tiempo. Todo ello nos permitirá tomar las decisiones adecuadas en el momento óptimo si se producen desviaciones.

El Cuadro de Mando Integral analiza la empresa desde cuatro perspectivas diferentes, cada una de ellas con sus propios Kpi’s o indicadores de desempeño:

  • Perspectiva de aprendizaje

Para la creación de valor es determinante la innovación y para que ésta se produzca son  imprescindibles las personas. Es por ello que la formación continua es vital para el futuro de las empresas. El crecimiento de los individuos posibilita el crecimiento de las empresas. Aquellas empresas cuyos individuos envejecen en su actitud para el conocimiento, la innovación y el aprendizaje constantes, están condenadas a la muerte por inanición.

  • Perspectiva de procesos internos

La excelencia no es una opción, sino una obligación y en ella deben estar inmersos todos los componentes de la empresa. Por ello es preciso contar con un Manual de Procedimientos actualizado y adaptado a las necesidades reales de la empresa, ya que los procedimientos afectan directamente a la satisfacción de los individuos, ésta a su productividad, que a su vez afecta a la producción de bienes y servicios y éstos a la rentabilidad de la organización.

  • Perspectiva del cliente

El cliente es y ha de seguir siendo el centro del negocio, pues sin él no existirá la empresa. Sobre él debe girar toda estrategia y pensando en él se ha de tomar cualquier decisión. Por ello resulta de vital importancia conocer bien a los clientes, saber cuáles son sus necesidades y sus carencias para poderlas paliar y darles una alternativa de solución. ¡Su satisfacción es y ha de ser un objetivo irrenunciable!

  • Perspectiva financiera

Conocer la situación financiera de la empresa es fundamental y para ello debemos controlar los datos de ayer como los de hoy, y sin duda los de mañana, para poder adelantarnos a los posibles vaivenes del mercado y poder reaccionar a tiempo. Saber cuándo será preciso tomar decisiones vitales en el devenir de la empresa nos ayudará a estar preparados para cualquier contingencia. Saber quién (con quién), cómo, cuándo y dónde se producen más y mejores beneficios es determinante para crear y generar expectativas de futuro, de prosperidad y riqueza, entendiéndose ésta en el más amplio sentido del término.

Los beneficios que genera la implantación de un Cuadro de Mando Integral son múltiples, pues permite tener una visión amplia, íntegra y detallada de la empresa, de sus procesos, sus individuos y sus clientes. Una herramienta de este tipo nos permitirá conocer al instante, en tiempo real, el desarrollo de la empresa y la situación del cumplimiento de los objetivos totales y parciales marcados, lo que a su vez facilitará la toma de decisiones con el tiempo suficiente y la aplicación de factores de corrección si fuera necesario.

 

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Imagen: Momo Marrero

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